sábado, 6 de agosto de 2011

¡Saltando Muros!

Dios nos ha diseñado para vivir una vida que en ocasiones resulta muy compleja. Pareciera ser muy grato cuando Dios nos bendice, sin embargo el camino que lleva al alcance de “cierta plenitud” en Cristo es engorroso y complicado.
Solemos encontrar todo lo malo en medio de una dificultad. Decimos Dios tiene el control pero nos cuesta horrores comprenderlo e internalizarlo en nuestra mente, haciendo de ello un hecho imposible para ser concretado en nuestro corazón.
Dios es Dios en todo momento.
El señor luego de dar a su hijo sembró una verdad en nosotros por medio de su Espíritu Santo, es esa verdad la que nos lleva a comprender que indiferentemente de cuál sea la dificultad que estas atravesando El la está utilizando para moldearte y adecuarte cada vez más al carácter de Jesús, solo debes encontrar en medio de la prueba la oportunidad de vencer.
La complejidad del asunto parece radicar en el hecho de que de acuerdo a como vivimos, a como hemos sido educados, y a como creemos en Dios afrontamos los problemas. Puede que para mí la muerte no signifique lo mismo que para ti, ni sea igual para aquellos que han sido parte de una u otra forma de alguna guerra. Pero es Dios quien se encarga (Cuando pasares por las aguas, yo seré contigo; y por los ríos, no te anegarán. Cuando pasares por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Isaías 43:2).
Sin embargo Dios no pierde su autoridad y mayordomía ni aún en las circunstancias más complejas, ni cuando crees que El no esta.
¿Cuáles son tus razones?
¿Qué hay en tu vida que te hace dudar del poderío de tu Dios?
Como seres humanos se nos dio la capacidad de ser analíticos y razonar todo a nuestro alrededor, Pero como hijos de Dios se nos entrego la responsabilidad de no ser como el resto y utilizar cada herramienta, cada elemento y cada momento para entender que no podemos comprender los porque de Dios.
Deja de analizar tu entorno, activa tu fe y comienza a vencer.
Un grave error.
El problema de no poder conciliar los designios de Dios con la razón humana nos hacen estancarnos una vez más. Solemos usar eso del “libre albedrío” para culparnos por errores que nos hacen sentir abatidos. Pero a pesar de todo eso, de tus errores, Dios está dispuesto a darte la victoria  (Antes, en todas estas cosas hacemos más que vencer por medio de aquel que nos amó Romanos 8:37).
Encontrando la solución.
La dificultad si tiene fin, y lo tiene en el momento en el que decides dejar a un lado todo por creerle a Dios. Esta oportunidad se da cuando dejas de analizar los problemas, los obstáculos y sencillamente los quitas de tu vida y comienzas a avanzar, es en ese preciso instante en el que la mente empieza a ser renovada por su santo espíritu y poco a poco un sinfín de preguntas se resuelven porque Dios empieza a llevarte de su mano y a medida que vas dejando cosas atrás entiendes porque muchas fueron permitidas y muchas otras no, sobre todo ves cual es la utilidad de ello en la vida de otros, y en tu ministerio. Lo más importante es que llegas a comprender que aún en tus errores y equivocaciones DIOS ES DIOS y tiene el control, es el momento de ¡Saltar muros!.
Las dificultades y los problemas en tu vida no se disuelven cuando aceptas al señor, sin embargo, se te es dada la capacidad de comprender que ahora todo cuanto pase en tu vida es una nueva oportunidad para crecer, si no lo habías considerado, pues es tu momento de darle una nueva utilidad a tu fe.
Lo que llevas años tratando de resolver y sencillamente no tiene solución, déjalo a un lado, y avanza. Esa relación que no te conviene y te ata a alguien que estanca tu vida, ese sueño que lleva años sin cumplirse, esa misión con la que sientes no poder, DEJALA!!!! Salta el muro y abre tu perspectiva.
Dios no se equivoca, ni juega al azar. El conoce perfectamente tu plan, aunque tú no lo entiendas, pero muchas veces pasamos tanto tiempo afanados tratando de solucionar todo, de organizar tanto, y de darle sentido a las cosas que nos frustramos. Y es que tu no naciste para entender, si no para obedecer, para hacer a un lado lo que Dios no quiere para ti, para servir en el ministerio para el cual te fueron entregado los dones, para surgir…
¿Qué esperas? Hay muchas circunstancias que dan tantas vueltas en nuestra mente que no sabemos cómo darle fin porque se hacen parte de nuestro vivir. Pero hoy Dios está llamando a tu puerta, preguntándote: ¿Qué eres capaz de entregar para que yo obre? Y la solución está solo en tus manos, El ya entrego su humanidad personificada para darte vida, ese fue el precio que le colocó a su amor, y aún siendo Dios no vino a resolver todos los problemas, vino a enseñarte que si los depositas en El y te das la oportunidad de avanzar entenderás cada vez el propósito para el cual fuiste creado.
Llegó tu momento de creer. Es hora de saltar todos los muros que estancan tu mente en tu propia capacidad, recuerda que no es por tus fuerzas que todo será confirmado en tu vida, es por la gracia y el amor de tu Dios todopoderoso, de ese Dios que te muestra milagros increíbles cada día, te preguntarás:¿cada dia? Pues sí, cada día, no los has notado de seguro por esas paredes que nublan tu mente y limitan el poder de Dios.
Pero nunca es tarde para acercarse, hazlo, ¡atrévete! Y te aseguro que cosas grande y que nunca imaginaste pasaran en tu vida, serás cada día más conforme al corazón del señor.






Petición Acertada.

Muchas cosas desea el hombre a lo largo de su vida. Es sorprendente ver cuan variables son los deseos del corazón con el pasar del tiempo.

Las personas promedio, viven considerando que adaptar sus deseos a sus posesiones disminuye en gran manera la frustración que puede llegar a sentir si sus peticiones “no son escuchadas”, definiendo este acto como agradecimiento.

Otros, sufren a consecuencia de un Dios que parece estar “muy ocupado” ante su petición.

La Biblia nos ilustra una muy interesante historia al respecto.

“Y se le apareció Jehová a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quieras que te dé.
Y Salomón dijo: Tú hiciste gran misericordia a tu siervo David mi padre, porque él anduvo delante de ti en verdad, en justicia, y con rectitud de corazón para contigo; y tú le has reservado esta tu gran misericordia, en que le diste hijo que se sentase en su trono, como sucede este día.
Ahora pues, Jehová Dios mío tú me has puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre: y yo soy joven y no sé como entrar ni salir. Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tu escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni numerar por su multitud.
Da, pues a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande” (1era de Reyes 3:6-9)

Que interesante declaración, Dios con toda su majestad le concede a Salomón la oportunidad de pedir lo que desee, aún cuando por ser hijo de David le correspondía el trono. Un reinado completo solo para el, un reinado que traía consigo riquezas, poder y popularidad. Sin embargo, Dios le permite pedir algo más, lo que el desee.

Hay 3 puntos que valen la pena resaltar:

En primer lugar, Salomón declara que antes de tener gracia y misericordia con el, Dios de antemano la tuvo con su padre, con aquel que le dio la vida y le permitió tener por herencia aquel reinado.

Como segundo admitió que sin la ayuda de Dios no podría llevar a cabo su función de Rey.

Luego pidió sabiduría. Salomón era joven, el mismo lo expone en esa historia, y aún así anhelo que Dios le permitiera administrar de la mejor forma posible lo que le fue entregado por gracia.

Dios nos ha dado la posibilidad de ser reyes en la tierra. Sin títulos de Nobleza pero siempre nos coloca en el lugar preciso, en ese sitio donde por lo menos alguien necesita escuchar las buenas nuevas de Salvación, y es allí donde debemos aprender a administrar los recursos que nos fueron entregados para destacarnos como hijos suyos.

Nada que el hombre emprenda puede llevar a cabo lejos de la presencia de Dios. Sin embargo solemos tratar nuestros ministerios como algo no tan relevante, o en otros casos, el ministerio lo concede algún cargo eclesiástico, y no es así. Tu ministerio es el llamado que Dios ha hecho, y que permite que te desarrolles de forma sobrenatural, en lo espiritual y personal para así ser usado por Dios en un área específica.

Cuando comprendemos esta verdad, el Espíritu de Dios nos lleva a transitar día a día la vida de forma tal, que podamos anhelar trasmitir ese obrar en la vida de otros.

Imagínate por un momento ¿que le pedirías a Dios si te otorgara la oportunidad que le brindó a Salomón?…

Este es el tiempo en donde puedes hacer cosas grandes, sin importar tu pasado, el presente es todo lo que tienes para trabajar por los sueños que siempre has anhelado.

Salomón hizo la petición acertada, el pudo pedir riquezas o poder, pero ya las tenia… no pidió más, solo le pidió a Dios sabiduría para administrar mejor lo que ya le había sido otorgado.

Cuantas personas han decidido vivir sus vidas frustradas por creer que Dios no les escucha, según este panorama es más fácil entender que no oramos ni pedimos adecuadamente.

Pues la escritura más adelante dice: “Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto. Y le dijo: he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú”.

¿Que esperarás para hacer la petición correcta?


miércoles, 27 de julio de 2011

Una nueva historia.

Hay un libro perteneciente al antiguo testamento, muy poco conocido. Pero revela una verdad sorprendente, una historia acontecida hace miles de años pero cuya aplicación es más vigente hoy que nunca.
La ira de Jehová se manifestó sobre el pueblo de Israel a causa de su egoísmo, ellos tenían la responsabilidad de construir el templo de Dios, y aunque al principio ese fue el deseo de su corazón, su motivación dio un giro sorprendente cuando se enfrentaron a sus necesidades y deseos personales.
Fue entonces cuando Dios apartó de ellos su gracia, enviándoles sequía, falta de cosecha, trabajo insaciable.
En este punto de la historia, es cuando Dios usa al profeta Hageo para hablar al pueblo lo debían hacer para que El volviera su mirada a ellos.
Lo que hace a este mensaje más esperanzador, es el hecho de que Dios les hace mirar sus equivocaciones, les hace conocer las razones por las cuales se aparta de ellos, y lo mejor aún, como volver a sus caminos.
Y es algo que no está muy lejano a nuestra realidad.
Hageo 1:3 narra lo siguiente “entonces vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo: ¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en nuestras casas artesonadas y en esta casa está desierta?”.
Los deseos y metas de todo ser humano, llegan en algún momento a gobernar el corazón, sea o no creyente. En ese momento todo esfuerzo, toda lucha va a estar encaminada a obtener los resultados deseados. Dejando a un lado la necesidad primordial del alma: el servicio al Señor, ya sea en adoración legítima por ser parte de su creación o por habernos convertido en sus hijos, esto último en el caso de los creyentes.
Es entonces cuando Dios aleja su favor de nuestras vidas.
Hageo 1:6 “Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis y no os saciáis; bebéis y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis, y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto”
El manantial de vida viene a ser Jesucristo, quien siempre tiene la disposición de bendecirnos al permanecer en EL y reconocerlo en todos nuestros caminos. El principal mandamiento que se nos demanda es: “ Y amarás al Señor con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu alma”, Cuando el corazón del hombre se aparta por seguir sus propios pasos, no saciará por completo su sed. Es precisamente lo que le aconteció al pueblo de Israel, la descripción antes manifiesta en el versículo 6 establece que aunque ellos trabajaban, su salario no les alcanzaba, aunque tenían ropa, no dejaban de padecer frio.
Solemos encontrar un sin número de personas trabajando aceleradamente por acumular riquezas económicas en esta tierra, sin notar siquiera que las riquezas con más valor (familia, crecimiento espiritual, amigos, ministerio, entre otros) se desvanecen lentamente.
Dios nos ha dado una sola oportunidad llena de ensayos. Esa oportunidad se llama vida, y los ensayos no son más que las muchas veces que podemos mejorar acciones encaminadas a una vida integra delante de EL.
En la medida en la que comprendas que Dios tiene el control total de tu oportunidad (vida) encaminarás más eficientemente tus ensayos para alcanzar aquello que necesitas para ser felíz, eso sí: de la mano con Dios.
Sin embargo Dios nos permite un ensayo más aún cuando estamos yendo en contra de EL.
Hageo 1:7 “así ha dicho Jehová de los ejércitos: meditad en vuestros caminos. Subíd al monte, y traed madera, reedifica la casa; y pondré en ella mi voluntad y seré glorificado dice Jehová”.
Es tu momento! Dios demanda de ti hoy meditar acerca de aquello que te está alejando de su presencia, y te evita funcionar de acuerdo a lo que EL preparó para tu vida, debes subir al monte y traer madera. Los momentos más importantes en la vida de Moisés y Jesús fueron representados por subir al monte. Era el lugar que Dios escogía para que en intimidad sincera pudiera ser presenciada su majestad, a cambio de la más pura adoración.
Y es lo que Dios quiere de ti, que entres en su presencia para poder entregarte las herramientas necesarias para empezar un nuevo ensayo, y así poder permitirle al Señor hacer su voluntad en tu vida tal como tú lo necesitas y como El lo anhela.
Hageo 2:9 “La gloria postrera de esta casa, será mejor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos”
Ningún pasado se compara con lo que está por venir. Dios te promete estar contigo y bendecirte muchísimo más de lo que alguna vez ya te bendijo, pero a cambio quiere, no sacrificios, sino reconocimiento. El quiere y anhela que lo reconozcas en todos tus caminos, que conozcas que EL es tu Dios y que puede hacer realidad tus sueños.
Hoy es tu momento de escribir una nueva historia.

martes, 26 de julio de 2011

Y si huyo...¿Que?

Jonás 1:1-4 “Vino palabra de Jehová a Jonás diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí. Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis lejos de la presencia de Jehová. Pero Jehová hizo levantar un gran viento en el mar, y hubo en el mar una tempestad tan grande que se pensó que se partiría la nave”.
La historia de Jonás empieza de una forma contundente. Sin duda alguna fue escrita para marcar una pauta importante.
El relato nos cuenta que Dios le da una orden a Jonás, el simplemente quiere escapar de esa responsabilidad y decide embarcar hacia otra ciudad.
Es sorprendente lo que solemos parecernos a Jonás. Desde que empezamos a andar con Dios, El nos muestra de que manera cumplirá su propósito en nosotros. Lee bien, no es que desde que aceptas a Cristo adquieres propósito, ese es el sello de tu nacimiento, es algo que viene contigo, solo que cuando conocemos al Señor El empieza mostrarnos de que manera vivir para cumplir nuestra misión.
Sin embargo solemos creer, que no somos capaces, o dejamos que el temor invada nuestras vidas por razones que varían de acuerdo a cada personalidad.
Sé que muchas veces callamos  cuando se nos presenta la oportunidad de advertirle a alguien que no está viviendo de manera adecuada, tal vez por temor a ser criticados, o simplemente porque no estamos lo suficientemente comprometidos con la expansión del evangelio. Y es ahí cuando queremos estar lejos de la presencia de Dios para “librarnos” de tal responsabilidad. Sin saber que es el momento en el que Dios alza su tempestad contra nosotros advirtiéndonos que de su presencia jamás podemos huir.
La historia cuenta que quienes embarcaron en la nave con Jonás lo arrojaron al mar, pues sabían que esto les acontecía a causa de él.
Jonás 1:17 “pero aconteció que Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches”
El capitulo 2 nos cuenta lo que ocurrió más adelante. “más yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; pagaré lo que prometí. La salvación es de Jehová. Y mandó Jehová al pez y vomitó a Jonás en tierra”.
Dios tuvo misericordia de Jonás dándole la oportunidad de vivir y hacer por aquello que le fue encomendado y no cumplió.
Este es el punto al que quería llegar.
Aunque fue grande la desobediencia de Jonás, Dios le demostró tres cosas fundamentales:
La primera fue que fuera de la presencia del Señor jamás podremos estar. No importa cuál sea nuestra condición, cuál sea nuestra necesidad o nuestro enojo, nunca podremos ocultarnos de sus ojos.
Lo segundo fue el hecho de que aun en medio de su desobediencia Dios tuvo misericordia de él, escuchó su clamor y le regaló una segunda oportunidad.
Lo tercero y más importante fue el hecho de que aún cuando desobedeció, la misión que le había sido encomendada Dios la mantuvo en pie para él.
Lo más significativo de todo esto es que luego que Jonás aceptó cumplir con lo que el señor le había ordenado, toda la ciudad de Nínive se convirtió en su totalidad al Señor.
Es sorprendente como muchas veces deseamos vivir lejos de la voluntad de Dios, no escuchar su voz ni obedecer sus mandatos.
Solo después que el favor de Dios se aparta de nuestras vidas, es cuando aceptamos que sin El nada, absolutamente nada podemos hacer.
Debemos aprender a vivir expectantes a lo que Dios quiere de cada uno de nosotros, no te permitas a ti mismo estar en una situación dura para doblegarte a la voluntad de tu Dios.
Su gracia no será apartada de ti. El siempre te mirará con ojos de amor. Pero te es necesario no hacer esperar el milagro de Dios sobre tu vida, pues El te encomendó una misión con la cual también bendecirá a muchos que están viviendo una vida lejos de la salvación.
Entonces… ¿seguirás huyendo?
Es posible que lo hagas, pero no por mucho. Dios diseñó cada uno de tus días con un plan predestinado, incluso antes de que tu vivieras uno solo de ellos, EL  en su perfecto amor los había planificado.
Nadie será mejor que tú haciendo eso para lo cual fuiste creado.
¡NO ESPERES MAS! si te fue encomendado evangelizar empieza a hacerlo en el sitio donde estés, si tu misión es liderar, empieza a tomar el control de los grupos donde Dios te ha puesto… sin importar cual sea el propósito que debas cumplir, empieza a trabajar en ello ahora.
Dios está esperando por ti…