Dios nos ha diseñado para vivir una vida que en ocasiones resulta muy compleja. Pareciera ser muy grato cuando Dios nos bendice, sin embargo el camino que lleva al alcance de “cierta plenitud” en Cristo es engorroso y complicado.
Solemos encontrar todo lo malo en medio de una dificultad. Decimos Dios tiene el control pero nos cuesta horrores comprenderlo e internalizarlo en nuestra mente, haciendo de ello un hecho imposible para ser concretado en nuestro corazón.
Dios es Dios en todo momento.
El señor luego de dar a su hijo sembró una verdad en nosotros por medio de su Espíritu Santo, es esa verdad la que nos lleva a comprender que indiferentemente de cuál sea la dificultad que estas atravesando El la está utilizando para moldearte y adecuarte cada vez más al carácter de Jesús, solo debes encontrar en medio de la prueba la oportunidad de vencer.
La complejidad del asunto parece radicar en el hecho de que de acuerdo a como vivimos, a como hemos sido educados, y a como creemos en Dios afrontamos los problemas. Puede que para mí la muerte no signifique lo mismo que para ti, ni sea igual para aquellos que han sido parte de una u otra forma de alguna guerra. Pero es Dios quien se encarga (Cuando pasares por las aguas, yo seré contigo; y por los ríos, no te anegarán. Cuando pasares por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Isaías 43:2).
Sin embargo Dios no pierde su autoridad y mayordomía ni aún en las circunstancias más complejas, ni cuando crees que El no esta.
¿Cuáles son tus razones?
¿Qué hay en tu vida que te hace dudar del poderío de tu Dios?
Como seres humanos se nos dio la capacidad de ser analíticos y razonar todo a nuestro alrededor, Pero como hijos de Dios se nos entrego la responsabilidad de no ser como el resto y utilizar cada herramienta, cada elemento y cada momento para entender que no podemos comprender los porque de Dios.
Deja de analizar tu entorno, activa tu fe y comienza a vencer.
Un grave error.
El problema de no poder conciliar los designios de Dios con la razón humana nos hacen estancarnos una vez más. Solemos usar eso del “libre albedrío” para culparnos por errores que nos hacen sentir abatidos. Pero a pesar de todo eso, de tus errores, Dios está dispuesto a darte la victoria (Antes, en todas estas cosas hacemos más que vencer por medio de aquel que nos amó Romanos 8:37).
Encontrando la solución.
La dificultad si tiene fin, y lo tiene en el momento en el que decides dejar a un lado todo por creerle a Dios. Esta oportunidad se da cuando dejas de analizar los problemas, los obstáculos y sencillamente los quitas de tu vida y comienzas a avanzar, es en ese preciso instante en el que la mente empieza a ser renovada por su santo espíritu y poco a poco un sinfín de preguntas se resuelven porque Dios empieza a llevarte de su mano y a medida que vas dejando cosas atrás entiendes porque muchas fueron permitidas y muchas otras no, sobre todo ves cual es la utilidad de ello en la vida de otros, y en tu ministerio. Lo más importante es que llegas a comprender que aún en tus errores y equivocaciones DIOS ES DIOS y tiene el control, es el momento de ¡Saltar muros!.
Las dificultades y los problemas en tu vida no se disuelven cuando aceptas al señor, sin embargo, se te es dada la capacidad de comprender que ahora todo cuanto pase en tu vida es una nueva oportunidad para crecer, si no lo habías considerado, pues es tu momento de darle una nueva utilidad a tu fe.
Lo que llevas años tratando de resolver y sencillamente no tiene solución, déjalo a un lado, y avanza. Esa relación que no te conviene y te ata a alguien que estanca tu vida, ese sueño que lleva años sin cumplirse, esa misión con la que sientes no poder, DEJALA!!!! Salta el muro y abre tu perspectiva.
Dios no se equivoca, ni juega al azar. El conoce perfectamente tu plan, aunque tú no lo entiendas, pero muchas veces pasamos tanto tiempo afanados tratando de solucionar todo, de organizar tanto, y de darle sentido a las cosas que nos frustramos. Y es que tu no naciste para entender, si no para obedecer, para hacer a un lado lo que Dios no quiere para ti, para servir en el ministerio para el cual te fueron entregado los dones, para surgir…
¿Qué esperas? Hay muchas circunstancias que dan tantas vueltas en nuestra mente que no sabemos cómo darle fin porque se hacen parte de nuestro vivir. Pero hoy Dios está llamando a tu puerta, preguntándote: ¿Qué eres capaz de entregar para que yo obre? Y la solución está solo en tus manos, El ya entrego su humanidad personificada para darte vida, ese fue el precio que le colocó a su amor, y aún siendo Dios no vino a resolver todos los problemas, vino a enseñarte que si los depositas en El y te das la oportunidad de avanzar entenderás cada vez el propósito para el cual fuiste creado.
Llegó tu momento de creer. Es hora de saltar todos los muros que estancan tu mente en tu propia capacidad, recuerda que no es por tus fuerzas que todo será confirmado en tu vida, es por la gracia y el amor de tu Dios todopoderoso, de ese Dios que te muestra milagros increíbles cada día, te preguntarás:¿cada dia? Pues sí, cada día, no los has notado de seguro por esas paredes que nublan tu mente y limitan el poder de Dios.
Pero nunca es tarde para acercarse, hazlo, ¡atrévete! Y te aseguro que cosas grande y que nunca imaginaste pasaran en tu vida, serás cada día más conforme al corazón del señor.